Es una planta veraniega. Hay veces que, cuando la primavera viene calurosa, —no ha sido así este año—, se tiene la tentación de echarlas en la tierra por si salen, pero, aunque nos empeñemos, la naturaleza se guía por sus ritmos y hasta que no es el momento, la planta no tira para adelante.
Hay muchas clases de judías, pero, por comodidad, nosotros hemos optado por la de pie; es decir, aquella que no necesita una vara o rodrigón donde sujetarse. Tal vez la vaina no sea la mejor, pero recolectadas a su tiempo, son tiernas y no presentan desagradables hebras.
Cuando se siembran hay que separar las plantas todo lo que sea posible. Nos evitaremos molestias a la hora de quitarles las malas hierbas y nos será más cómoda la recolección. Y lo que es más importante, si en alguna planta se cría pulgón, evitaremos mejor el contagio.
Al sembrarlas echamos en el agujero tres o cuatro alubias; no salen todas. A veces habremos de replantar aquellas que fallan, bien porque no nacen o porque algún bichín, sobre todo gusanos, acabe con ellas cuando son pequeñitas.
Para evitar cosechas abundantes, lo que suelo hacer es ponerlas en tandas sucesivas. Ahora mismo hay alubias sembradas de tres veces y cuando pasen unos días, volveré a plantar para recoger ya en septiembre y principios del otoño.Los cuidados que las podemos proporcionar, siempre evitando utilizar productos químicos, son pocos. Ya se ha comentado que el problema mayor es que nazcan y tiren para adelante; si fallan, no queda más remedio que la resiembra. Y si sale pulgón en alguna planta, lo mejor es arrancarla y santas pascuas.
A los pocos días de nacer ya se observan espacios donde no han nacido. |
En este punto solo han nacido dos plantas de las cuatro alubias que eché.
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Tercera tanda de alubias de la temporada 2013. Han fallado bastantes plantas. Al resembrar he encontrado gusanos, seguramente larvas, en los agujeros donde había echado la simiente. Un poco de publicidad personal...
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