jueves, 8 de agosto de 2013

Potes

Potes es uno de los pueblos perdidos de la mano de Dios, aunque en su proximidades esté uno de los enclaves más significativos de los cristianos, como es el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Y no es la distancia lo que le separa de la costa, sino la intrincada carretera para acceder a él a través del desfiladero de la Hermida. A pesar de la lejanía, desde casa se tarda más o menos una hora y media, y de las curvas de la carretera, bien merece una escapadita de un día para recorrer los enclaves más nombrados de la zona lebaniega. Pues a parte del pueblo, podremos llegar hasta Fuente Dé y subir en teleférico a los Picos de Europa y también parar en Santo Toribio. Y antes de llegar a Potes, bien a la ida o bien a la vuelta, merece una parada la pequeña iglesia prerrománica de Santa María de Lebeña, declarada monumento nacional. Hace tiempo la encargada de enseñar el templo era una vecina del pueblo; sus explicaciones eran muy entretenidas y graciosas. Las últimas noticias que tengo es que el que enseña el templo ahora es el cura, por lo cual las características arquitectónicas e históricas serán, con toda seguridad, rigurosas.
La primera impresión que recibiremos al llegar a Potes es su actividad comercial, como cabecera de comarca que es. Veremos comercios, tiendas, bares,... y si es día de mercado, esa impresión será más evidente. También apreciaremos que es enclave turístico que proporciona servicios a las distintas actividades relacionadas con la naturaleza que se organizan en la zona. Podemos aprovechar para comprar alguno de los productos de la zona, especialmente el orujo; o podemos, si nos atrevemos a ello, a probar el cocido lebaniego, muy parecido al madrileño; es decir, la legumbre con la que se elabora es el garbanzo.
Y si nos alejamos un poco del centro, nos encontraremos con un casco antiguo en el que hallaremos rincones coloridos, si bien la mayoría son recuperaciones o reconstrucciones ya que la población sufrió desperfectos considerables durante la Guerra Civil. Estos rincones, calles, plazoletas, casas, tienen como fondo las montañas que protegen la población de cualquier inclemencia meteorológica, por eso es una región cálida donde hallaremos el cultivo de la vid, cada vez con más auge, y muchos otros árboles frutales que medran mucho mejor aquí que en otras zonas de Cantabria.
Por todo esto, dedicar una jornada a esta zona, sobre todo si el tiempo no acompaña en la costa, es una opción del un viajero inteligente.
Para hedonistas, para aquéllos que se merecen un premio, para aquéllos que piensan que la vida son dos días... y ya no se me ocurren más razones, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ¿por qué no pararse en el balneario de la Hermida y hacerse un circuito término-lúdico en sus instalaciones? Hace poco que lo probé y no me quería salir de la piscina: un placer para el cuerpo y para el espíritu. El circuito dura una hora y media. http://www.balneariolahermida.com/tarifas/tratamientos-termales
Alquitara para destilar orujo.

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