domingo, 28 de julio de 2013

Las parras

Los plantones proceden de las viñas del abuelo Samuel, en Curiel del Duero (Valladolid), en plena Rivera del Duero. Están en el huerto, en un lugar muy soleado, aunque expuestas a los vientos del oeste.
Cuando las planté buscaba cubrir una pared un poco fea, enfoscada de cemento, que era del vecino, aunque con el tiempo he terminado por encalarla.
Hay dos parras y aunque están separadas tan solo por poco más de tres metros, el comportamiento es diferente: la que está en el centro, está más amarillenta que la compañera. Creo recordar que es por falta de hierro, -he de decir que mis conocimientos de esta planta son nulos. La función que cumplen es estética y afectiva, porque cuando la veo muchas veces me recuerda el viñedo del abuelo. Con todo, de vez en cuando cortamos algún racimo que está muy escondido y es inaccesible a los pájaros. Creo que si la cuidara un poco más, seríamos capaces de vendimiar algo más ya que echa muchos racimos, aunque luego cuajan muy pocos. Por ejemplo, ahora que está la abuela pasando con nosotros unos días, me ha dicho que debería realizar la poda en verde; en otras palabras, cortar las ramas que no tienen uvas. Le haremos caso a ver si conseguimos recolectar algo más en septiembre.

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