San Vicente de la Barquera es una de las localidades marineras más importante de Cantabria. Su visita nos dejará más impactados. Ofrece estampas difíciles de olvidar. ¡Cómo se puede olvidar la vista del larguísimo puente en medio de la ría que permite acceder a la villa! ¡Cómo no anonadarnos con la inmensidad del estuario de la ría interior contemplada desde el castro de la iglesia! ¡O cómo no asombrarnos con la majestuosidad de la propia iglesia vista desde la barra del puerto!
Para los de tierra adentro es el puerto, también sus playas próximas, lo que primero atrae, entre otras razones, porque es lo que nos vamos a encontrar cuando aparquemos el coche. En el estuario descubrirá el perfil de embarcaciones ancladas y pequeñas barquichuelas que descansan perezosamente sobre el fango de la orilla. Caminando por el borde nos encontraremos con el embarcadero de naves deportivas y, más retirado, el importante muelle pesquero donde sobresalen los impresionantes y modernos barcos de pesca. Junto al puerto hallaremos bares y restaurantes con solera y ambiente marinero. No tendremos dificultad para encontrar un buen sitio donde nos den de comer según las apetencias y posibilidades económicas, desde mariscadas a menús del día. También podremos degustar sabrosas raciones basadas en los frutos del mar.
Antes quizá de adentrarnos en el mundo del yantar habría que dar una vuelta por la parte alta dirigiéndonos a la iglesia y al castillo que coronan la localidad. Como se ha dicho, la belleza de las panorámicas que se nos ofrecen es singular.
Desde nuestra casa llegaremos en menos de media hora. Si es por la tarde se recomienda regresar por la carretera que transcurre por la costa: la belleza de la puesta de sol en las playas de Gerra y de Oyambre nos van a gustar y relajar mucho.
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