A parte de las plantas con más años, éstas del huerto pueden ser de 2008, han crecido otras más pequeñitas que son fruto de las hijuelas que echan en el verano. Casi siempre las arrancamos porque ya hay suficientes plantas. A veces las trasplanto a un casco y crecen allí con el propósito de regalarlas a los niños que vienen a casa o a cualquiera que nos las pidan.
Creo que el primer corte de fresas no tardaremos en darlo; es cuestión de días, pues alguna ya pinta bien.Y a partir de ahora, siempre decreciendo en cuanto a número, podemos recoger frutos durante todo el verano y al principio del otoño.
El único cuidado que hay tener con ellas, aparte de limpiarlas de otras hierbas, es recogerlas antes de que se las zampen los caracoles. A éstos les gusta en el justo momento de maduración, por lo que es preciso, si queremos evitar conflictos con ellos, arrancarlas un pelín antes de que estén rojas. Es el precio que hay que pagar por convivir con estos animalitos de los que en algún momento hablaré, pues Cantabria no sería Cantabria sin sus caracoles.
Pequeña, pero matona; la planta más pequeña es la que ha dado la fresa más grande y más madura |
Esta es la recolección diaria en plena producción de la primera cosecha en el mes de junio. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario