sábado, 2 de febrero de 2013

Los repollos

No todas las plantas han sido sembradas al mismo tiempo.

2013, mayo, 3.

Llevamos recolectando los más grandes, que no se han desarrollado demasiado, desde hace un mes y ahora tenemos para cortar unos pocos y los que no hemos quitado se están echando y floreciendo. Hemos aprovechado para realizar algunos picles, pero ya hemos hecho las conservas que consumiremos.  

El problema de tener plantas en el invierno es que ahora, en la primavera, hay que quitarlas todas pues se espigan. Nos está pasando también con los puerros y dentro de nada con la acelgas. También nos ha pasado con los ajetes. 

Este es el estado en el que estaban cuando hemos comenzado a cortar.
Repollo a punto de florecer. Cuando comienza este proceso las hojas internas comienzan a deteriorarse.
2013, febrero, 2. Los sembramos ya bien avanzado el otoño, por noviembre. Se han ido desarrollando en estos dos meses y medio bastante bien. En diciembre, el tiempo acompañó y medraron a pesar de la poca luz de los días del último mes del año. Sin embargo, enero ha resultado duro, aunque ellos han ido tirando poco a poco. Calculo que en el plazo de un mes podremos empezar a cortar.
Es una de las plantas que tenemos durante todo el año, aunque cuando más apetece comerlas es en el otoño e invierno. Luego, en primavera o verano, nos gustan otras plantas más ligeras y frescas. De todas maneras, procuramos no dejárnoslos acabar, pues son muy socorridos.
El único cuidado que hay que tener es con las orugas en el verano, que si te descuidas se comen las hojas. Es imprescindible estar atentos y cuando aparezcan, deshacerse de ellas antes de que se multipliquen. La forma más eficaz es matándolas aplastándolas con los dedos, eso sí llevando guantes. No es muy agradable, pero es lo más rápido. Lo que no hacemos es rociar las plantas con insecticidas.
De vez en cuando no les viene mal retirar las hojas más viejas y que están deterioradas pues se hará más pronto el cogollo. 
Cuando tenemos tiempo, a veces preparamos con ellos varios frascos de picles, que es una manera de conservarlos durante tres o cuatro meses más. Nos gustan también en ensaladas, sobre todo las hojas interiores. Ahora bien, hay que aderezarlas con un poco de tiempo para que maceren un poco. Es una ensalada de invierno, que combinamos con las escarolas, que es otra de las plantas de la época y que también están sembradas en el huerto.



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