Esta es la única planta que nos queda de un grupo de tres que pusimos; las otras dos perecieron ahogadas o sepultadas por las plantas vecinas. Cuando se pone una planta nueva tiene uno la tendencia a creer que la distancia entre plantas es suficiente, pero la realidad es que al poco tiempo se percata uno de que ha cometido un error, porque la nueva y las vecinas siguen desarrollándose y compartiendo un espacio insuficiente para ambas. Con ésta en concreto procuramos que una hortensia y la hierba buena que tiene a la derecha y que se extiende con mucha facilidad, y el guindo y una mata de frambuesas que también se va corriendo con nuevos brotes donde puede, situadas a su izquierda, no invadan el espacio vital del aloe. Aunque se recomienda plantarlas en un lugar soleado, nosotros la pusimos en uno que precisamente no lo es y sigue medrando con normalidad. Además, aquí en Cantabria, que llueve todo lo que quiere, parece que tampoco le afecta en determinadas épocas un exceso de humedad.
No siendo lo que hemos comentado antes, la planta no requiere ningún cuidado. Su aspecto a lo largo del año es aparentemente el mismo. Su crecimiento es más bien lento. De vez en cuando pierde alguna de las hojas más grandes, mas no la pasa nada. Igual que si se corta con el fin de hacer alguna crema hidratante.
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