El monte Corona es una masa forestal que queda a poco más de
veinte minutos de casa. El espacio se extiende fundamentalmente por las
localidades de Cabezón y de Comillas llegando hasta la misma ría de la Rabia que
se adentra hasta Rioturbio. En este pueblo es donde podremos dejar el coche
aparcado en las inmediaciones de la iglesia.
La ruta hacia el monte Corona está indicada a las afueras.
La primera referencia es el caño con su pilón. Sin desviarnos nunca, hemos de
subir un trecho que nos llevará más de una hora. Ya arriba, la pista finaliza
en otra igual de ancha, por donde incluso es probable que pase algún coche.
Giraremos a la izquierda y seguimos subiendo hasta llegar a una torreta de
vigilancia de incendios. Aquí encontraremos un indicador para ir a la ermita de
San Esteban, situada a un kilómetro de este lugar. Una vez en la ermita, el
camino desciende hasta Rioturbio.
Sin duda el punto más atractivo de la ruta es esta ermita.
Erigida en un punto estratégico, se convierte en un mirador privilegiado para
contemplar una buena parte de Cantabria, comprendiendo este abanico desde los
Picos de Europa, a la izquierda, pasando por enclaves asturianos próximos a la
comunidad cántabra, y llegando por el otro extremo hasta Santander. Si nos
sentamos en un banco de piedra que hay en la terraza, observaremos en el pretil
unas flechas y el sitio a donde apuntan. Podemos también descansar en el
lateral de la pequeña iglesia orientado al sur, en una solana con su banco
corrido. El sol nos acariciará cálidamente mientras recuperamos fuerzas
comiendo un bocado o viendo el trasiego de caminantes cuyos pasos se dirigen a
donde estamos. A parte del culto religioso, la ermita sirvió para orientar a
los marineros en su aproximación el puerto de Comillas. Por esta razón, para que
se viera bien, la iglesia estaba encalada. En la actualidad, solo lo está la cara
norte, la que da a la mar; a la otra se le ha picado el enfoscado para dejar
vista la piedra de mampostería.
En cuanto a los valores medioambientales, hemos de resaltar
que la masa forestal es fruto de la repoblación con varias especies que se
mezclan sin criterios definidos. Merecen la pena las hayas y los robles. Es uno
de los hayedos situados a menor altitud y es uno de los robledales costeros más
tupidos. Otros árboles que encontraremos sin abandonar la pista son acebos,
avellanos, abedules, castaños, eucaliptos, coníferas…
El recorrido no presenta dificultades no siendo algunos tramos de subida constante. Cualquiera que aguante tres horas caminando puede realizar la ruta.
El recorrido no presenta dificultades no siendo algunos tramos de subida constante. Cualquiera que aguante tres horas caminando puede realizar la ruta.