Los alhelíes han ido pasando por distintos lugares del
jardín; ahora los tenemos situados en el esquinazo de nuestra finca con la casa
de Cuca, al lado de la cambera. Elegimos esta ubicación por una razón: que
nuestros vecinos olieran bien al pasar por nuestra casa. Cuando estamos
sentados en el porche vemos pasar a la gente y en el breve recorrido que
realizan para recorrer el muro de nuestra casa, disfrutan con el olor de tres
plantas con fragancias generosas; estas son: tres matas de lavanda, una mata
gigantesca de geranios limonero y la porción de alhelíes.
Para tener los alhelíes hermosos y mínimamente
bien cuidados solo hay que tener la precaución de ir cortando de vez en cuando
las numerosas flores que generosamente la planta da, con las cuales formamos
ramos; y cuando se han hecho demasiado grandes, cortarlos y dejar que se
desarrollen las plantas minúsculas que han crecido de las semillas que han
caído en el suelo. Si el tiempo viene seco, sobre todo si las plantas son
jóvenes, no les viene mal un poco de agua, pero, plantadas en tierra,
sobreviven con la lluvia que aquí se reparte de forma regular a lo largo del
año.
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